Estas son parte de las propuestas que realiza Julio Gisbert, a través de su libro «Vivir sin Empleo» y su blog del mismo nombre, allí recoge datos, experiencias e impresiones acerca de una economía justa y una banca social realmente comprometida.
Profesionalmente se ha desenvuelto en el ámbito de la banca durante los últimos 20 años. Así, en su búsqueda de una banca más equitativa, responsable y social, se topó con otras experiencias que tenían que ver con economía como son las redes de trueque, de allí ha sido promotor activo en diversos movimientos asociativos de bancos de tiempo (BDT) y monedas sociales.
Siempre recalcas que tu propuesta no es antisistema
Claro, al principio de los 90 con un grupo de amigos nos reuníamos a reflexionar sobre una banca social y ecológica. En Alemania, Inglaterra y EEUU ya existían experiencias consolidadas de otro tipo de economía, por el contrario aquí en España existían unas incipientes experiencias bastante marginadas y minoritarias, que proponían una economía alternativa y que eran percibidas como herramientas de grupos antisistema.
Yo no hablo de alternativas, hablo de una economía complementaria a la actual. Si la otra economía se va a extinguir, lo hará de manera natural, que las personas tengan opciones, en especial los pobres, es una forma de dignificar la vida y el trabajo. Formas de ahorro y encuentro naturales todavía prevalecen en América Latina, África y Asia, a través de modelos tradicionales de ayuda mutua y que en clave económica son fórmulas bancarias.
¿Se puede vivir sin empleo?
Más allá de la economía formal existen opciones, es perfectamente posible vivir sin empleo y sin subsidios, sin necesidad de caridad y trabajando, puesto que empleo y trabajo son cosas distintas.
Sin empleo no solo están aquellos que se han quedado sin empleo formal. Desde el inicio de esta crisis, también amas de casa, jubilados y prejubilados, jóvenes y otros colectivos que no tienen un empleo fijo remunerado o una renta estable, pueden vivir mucho mejor relacionándose no sólo entre ellos sino con otras personas.
¿Puedes comentar un poco sobre esas experiencias?
Hablamos de trueque moderno como un intercambio organizado en una comunidad, a la vez que intercambias distintos productos y servicios se crea una moneda ficticia o un vale que se puede volver a utilizar para comprar o adquirir un producto o servicio a cualquier otro miembro de la comunidad, esta es la parte más básica de la economía.
Luego, se altera un poco más cuando hablamos de BDT, de monedas sociales, de bancos comunitarios, realmente todas ellas lo que hacen es utilizar los recursos de la gente sin necesidad de la economía formal (el dinero).
¿Cómo son esos bancos de tiempo?
Comparten el mismo ideario social de los trueques; redes de personas que se organizan para intercambiarse servicios entre sí. El valor de los intercambios lo determina el tiempo que transcurre en realizarlo: una persona cuida a los niños de otro durante 2 horas, por este servicio cobra 2 horas que el banco le reintegra al solicitante del servicio y le abona al que lo ha realizado. Esta es la experiencia más implantada en España (160 BDT). La comunidad líder es la gallega, sobre todo porque es la única comunidad autónoma que ha legislado sobre BDT. Para una organización que gestione personas, los BDT pueden ser de gran utilidad para optimizar los recursos ocultos de sus clientes, empleados, socios, vecinos, alumnos, etc.
¿Entre estas experiencias podemos encontrar otro tipo de banca?
Hay que poner la vista fuera de nuestro país para encontrar experiencias bancarias socialmente innovadoras y cuyo público objetivo son los más desfavorecidos, los que se denominan eufemísticamente «excluídos bancarios». No tiene que ver con las instituciones financieras que se engloban bajo el epígrafe de «banca ética» o «banca social», cuya implantación en nuestro país no deja de crecer.
La exclusión financiera solo se da en nuestros países desarrollados, puesto que son las propias deficiencias de los sistemas bancarios de los países en desarrollo -creados por otra parte para las clases más acomodadas de su población y con modelos occidentalizados y poco adaptados a sus nuevos clientes- las que provocan que gran parte de su población mantengan sistemas informales de crédito y ahorro en teoría más costosos e ineficientes, pero que les permiten vivir dignamente a partir de la confianza y la reciprocidad mutua.
¿Es el caso de los microcréditos?
Los microcréditos de Muhammad Yunus inspirados en los modelos de las redes de solidaridad tradicional, son una auténtica revolución financiera y una oportunidad para muchos desposeídos. Sin embargo, por mi experiencia profesional, soy de la opinión de que el microahorro es mucho más decisivo que el microcrédito, después de todo; un crédito no es otra cosa que deuda, y los pobres se exponen a un problema si la fuente de recursos necesaria para el pago de esta deuda desaparece por cualquier motivo, situación no tan ocasional como podemos pensar en nuestras sociedades.
¿Algunas de las herramientas que conoces pueden ayudar contra la crisis?
Con respecto a los BDT, la respuesta es decididamente no. El objetivo principal de los BDT es la creación de redes de ayuda mutua y cooperación, con sus reglas bien concretas de que la única divisa es el tiempo que es igual y el mismo para todos, y que los intercambios deben ser eventuales para no caer en el intrusismo laboral, entre otras características. Si bien en algunos otros países algunos BDT sí se han comprometido en fórmulas más radicales de intercambio pero convirtiéndose naturalmente en algo más allá de los BDT y más cercanos a las redes de trueque o a las monedas sociales.
Modelos de crisis como la actual han provocado en el pasado que la población se organizara fruto de la necesidad de tener una unidad de intercambio válida y de confianza, y fue sólo así como numerosas monedas sociales o de emergencia surgieron en numerosos países (Crash del 29, crisis del corralito en Argentina, etc); incluso en países o regiones de nuestro planeta donde la crisis es casi endémica, se han creado divisas locales y bancos comunitarios con un gran éxito en cuanto a su efectividad de poder sacar a esos colectivos de esas situaciones crónicas de crisis ¿necesitaremos de estas experiencias si la actual crisis empeora o la economía se estanca, como así prevén los datos económicos más recientes?.
___:___
Gisbert respalda un modelo vital en escenarios comunitarios naturales, facilitando la confianza y la cooperación hacia la sostenibilidad. Su libro y blog Vivir sin empleo, están lleno de recursos para quienes quieran acercarse a un modelo económico más amable, además se puede colaborar, proponer y sugerir…
Contacto: Puedes escribirnos a hola@somosquiero.com y compartir en tu redes:
[…] This post was mentioned on Twitter by César Pérez, ¿Y por qué no…?. ¿Y por qué no…? said: Julio Gisbert o cómo caminar por la vida por rutas económicas alternativas http://ow.ly/2SHWl […]
Lo leí en verano y el libro es muy bueno. Me ha dejado un par de ideas en la cabeza que espero que vayan madurando.
Felicidades a Julio Gisbert
Iñigo
[…] entrevistas a Julio Gisbert: ¿Y por qué no?, Diario Sur, […]