Censura de la cultura, un oxímoron que asusta

Esta semana se cumplía la triste efeméride del incendio de la biblioteca de Sarajevo hace 25 años. Un “memoricidio” según Goytisolo. Un hecho que recordamos con más fuerza que nunca estos días en los que tanto se habla de “las nuevas formas de censura”, “la cultura de la cancelación”, de lo que es ético o moral en el mundo cultural.

Cuando nos reunimos para debatir sobre qué temas abordar en esta nueva newsletter, el equipo de comunicación de Quiero tuvimos claro que el debate sobre la censura cultural que hemos vivido (estamos viviendo) estos días, debía ser uno de ellos.

Hace ya unos años creamos, pusimos en marcha y dimos vida a La Revolución de las Emociones, nuestra plataforma para la transformación a través del arte y de la cultura. Porqué nos gusta, nos interesa, pero, sobre todo, porqué la consideramos – de verdad- una herramienta tractora de un cambio que, visto lo visto, todavía sigue siendo muy necesario.

A pesar de nuestro interés (y preocupación), ninguna de nosotras nos veíamos legitimadas para tratar el tema con el conocimiento necesario como para escribir sobre ello. Así que pensamos, primero, en entrevistar a un mecenas y divulgador cultural muy importante del país; no pudo ser. Recurrimos después a 3 actores y un fotógrafo de peso, pues veíamos en ellos “la voz que debía ser escuchada”. Y nos hablaron. Desde el respeto por su profesión, pero también desde la prudencia y, quizás, con un atisbo de “miedo”. Leímos, vimos imágenes y escuchamos a muchos y muchas de los y las que estos días se han posicionado y han dado su opinión al respecto.

Marisa Paredes, lo decía muy bien y muy claro: “¿cómo pueden tener tanto miedo a la libertad, tanto miedo a la cultura? – La impunidad con la que operan algunos, les hace creer que son dueños de este país, que son dueños del alma de la gente. Son enemigos de la libertad”.

Entendimos entonces, que sí, que la cultura es y nos pertenece a todos y todas. Que nosotras también somos y hacemos cultura. Y nos pusimos a escribir ¿Qué seríamos sin ella? Y ahí nos asaltó la primera pregunta, la más obvia quizás, porque bien pensado, incluso parece un oxímoron: “¿es censurable la cultura?”

No es, tristemente, un debate nuevo. Hace 3 años ya se celebraron unas Jornadas sobre Censura y Libertad de Creación organizadas por la a Fundación Gabeiras. No es novedoso, pero sí importante, porque afecta a la esencia misma del ser humano. Parece evidente que la libertad de creación artística necesita una protección autónoma y más reforzada, que es todavía una cuestión irresuelta.

El problema de la libertad de creación artística y su censura (o habría que decir censuras), es espinoso, de extremada complejidad, en el que están implicados intereses públicos y privados muy diversos y, aún, opuestos.

Un problema poliédrico puede y debe abordarse desde facetas plurales: es parte de la gracia, es parte de la riqueza de pensamientos diferentes. No todos debemos y ni podemos pensar igual, pero hay que permitir esa libertad y variedad de pensamientos, de creaciones, de contribución artística al mundo, sea cual sea su disciplina.

Julia Salsas

Contacto: Puedes escribirnos a hola@somosquiero.com y compartir en tu redes:

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