Cerramos ya estos días un verano apocalíptico de calor, incendios y sequía. Vengo de la preciosa zona del parque natural de Gorbea, donde he podido hablar con much@s lugareñ@s, entre ellos José Mari, un pastor de 84 años, experto como ninguno en el cambio climático local, que sigue subiendo todos los días a “su montaña” y que me comentaba, con las arrugas llenas de pesadumbre y sabiduría, esa tan temida frase de “jamás esto ha estado tan seco”.
Parece que estas grandes catástrofes que se ceban en la España vaciada y ahora más quemada que nunca, están sirviendo, al menos, para que haya un@s cuant@s miles más que se hayan sumado al equipo de los que creemos que el ser humano se ha convertido en el Atila del planeta: por donde pasa y consume, no vuelve a crecer la hierba.
Y lo más triste de todo es que cuando se reúnen l@s sabi@s de la tribu en las archiconocidas COP, que son l@s que deberían invocar a los espíritus del bien común y de la cordura planetaria, la sensación que dejan es de que “ya si eso, lo dejamos para el año que viene”.
Pues señoras y señores, traigo noticias “recién sacadas del horno” (porque lo de “frescas”, va a ser que ya no). Y no van de medir cuánto margen de colapso planetario tenemos todavía, sino de si estamos en estos momentos empezando a ver los créditos del “game over”.
Según un estudio que acaba de ser publicado por un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Cambrigde, el mundo necesita comenzar a prepararse para la posibilidad de un “final climático”.
“Hay muchas razones para creer que el cambio climático podría volverse catastrófico, incluso si consideramos niveles moderados de calentamiento”, ha señalado el autor principal del informe, el Dr. Luke Kemp, del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de Cambrigde.
Para intentar hacer frente a estos improbables pero posibles escenarios futuros, el equipo que ha publicado el artículo propone una agenda de investigación que incluya lo que ellos denominan “los cuatro jinetes” del final del cambio climático: hambruna y desnutrición; clima extremo; conflictos; y enfermedades transmitidas por vectores.
También solicitan al Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) que dedique un informe futuro a estudiar el cambio climático catastrófico, para poder preparar planes de acción que permitan al ser humano hacer frente a los peores escenarios. Estos incluyen resultados que van desde una pérdida del 10% de la población mundial, hasta la eventual extinción humana.
Querid@s tod@s: en nuestras manos está comprometernos como nunca lo hemos hecho. O eso quiero y espero. Que todavía esté en ellas.
Vanessa Palomar, Directora de Marca y Comunicación en Quiero
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