¿Crisis? Que se lo digan a la gente que se dedica a contar historias documentales:  nunca hay apoyo ni dinero ni espectadores.  Pero cuando la realidad persiste en proporcionar los mejores materiales para contar, denunciar, emocionar, compartir …los espectadores encuentran el documental como su ventana natural al mundo. Por estas y otras razones el festival de documentales de Madrid llega a su novena edición, contra viento y marea. Desde el viernes 4 de mayo hasta el domingo 13. Diez sedes, diez ligares de encuentro y proyección para cinco secciones competitivas y ocho secciones informativas, con la puesta de largo para la Cineteca del Matadero: el espacio documental creado por el Ayuntamiento de Madrid.

Tal y como hacen los protagonistas del cartel de esta IX edición de Documenta, toca amor en tiempos de guerra. Frente a los recortes, imaginación (parece que los tiempos de protesta no terminan de llegar nunca al cine documental o no). Frente a la escasez de medios y los premios empequeñecidos en cuantía económica quedan las ganas de ver buenos trabajos y conocer a sus creadores (no olvidemos que festival viene de fiesta…). Y dedicación, para asomarse a lo que se pueda y permita el bolsillo de los 124 titulos programados, y los 58 estrenos en sus secciones competitivas.

Puede que si uno no es espectador entrenado e informado sea difícil navegar por la extensa programación de Documenta, pero no se debe olvidar que un festival de cine es un salto a la aventura y el descubrimiento, así como el cultivo de los mitos y pasiones personales. Pero lo más importante: en un momento de necesidad contundente de vías nuevas de información y entretenimiento, sea online o vivencial, el documental es la vía sostenible hacia otra manera de compartir con los demás lo que descubrimos y aprendemos.

Nos vemos en sala…