La Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional ha lanzado el «Libro Verde sobre Finanzas Sostenibles en España«.

Pero, ¿qué es exactamente este Libro Verde? Es una hoja de ruta para impulsar las finanzas sostenibles en España que busca alinear nuestro sistema financiero con los objetivos de sostenibilidad y articula acciones en torno a tres ejes principales:

• Promover la adaptación del sector financiero y de las empresas, especialmente las pymes.
• Orientar el ahorro y la inversión hacia la sostenibilidad.
• Impulsar la colaboración público-privada a través de la gobernanza.

Es importante destacar que las acciones que se proponen no son regulatorias, sino que buscan generar un contexto para que, de manera colaborativa, sector público y privado, financiero y empresarial, compartan espacios y visión de futuro.

Algunas de acciones las acciones específicas que se incluyen:

1. Creación de un sandbox de sostenibilidad con el objetivo de “promover un entorno colaborativo con los supervisores para acelerar el aprendizaje y utilización de la taxonomía y avanzar en la medición del riesgo de cambio climático”. En este espacio se podrán también plantear las dudas y retos derivados del marco de finanzas sostenibles.
2. Establecimiento de un repositorio de conocimiento y difusión de mejores prácticas: orientado a empresas con menos experiencia, especialmente pymes, desarrollado en colaboración con asociaciones empresariales y el ICEX.
3. Elaboración y publicación de guías sectoriales: desarrolladas por el sector financiero y asociaciones empresariales, que podrían incluso derivar en posibles certificaciones sectoriales si las empresas acreditan su seguimiento.
4. Creación del Consejo de Finanzas Sostenibles: un foro de coordinación público-privado para abordar los retos de la transición, identificar oportunidades y dar seguimiento a las acciones planteadas en el Libro Verde.

Pero queremos dedicar una especial referencia a una medida que consideramos fundamental: la incorporación de las finanzas sostenibles a los marcos de educación financiera. Esta, en sí misma y desde que sector público y financiero vienen potenciándola, atiende a una necesidad social con múltiples aristas: la accesibilidad de los servicios, las buenas prácticas en la información y comercialización de los productos financieros y bancarios, la brecha digital, la accesibilidad a productos y servicios…

Se han dado pasos, pero queda mucho por hacer, sobre todo cuando nos referimos a colectivos vulnerables, donde la exclusión financiera tiene aún efectos más perversos y suponen una retroalimentación negativa de la propia vulnerabilidad e incrementando la(s) brecha(s) de desigualdad. Está claro: si entiendes cómo funciona tu dinero, puedes tomar mejores decisiones. Pero, en un entorno donde la capacidad de ahorro e inversión es cada vez más limitada, el margen para el mensaje de la importancia de optar por “productos financieros sostenibles” puede producir incluso desafección por gran parte de la población, tan alejada de tomar ese tipo de decisiones.

Para terminar, de vuelta al Libro Verde, este viene a incidir en la necesidad de que los aspectos y objetivos de sostenibilidad tomen un especial protagonismo en los planes de educación financiera, potenciando:

• Decisiones informadas para la elección de productos bancarios o de inversión que no solo beneficien individualmente, sino al conjunto de la sociedad y al planeta.
• Efecto dominó positivo que el propio movimiento del dinero supone generando un mayor impacto y acelerando, así, la necesaria transición hacia un modelo más justo y sostenible.

Cuando pensamos en dinero, el color que viene a la mente es el verde (por el dólar… tal es la influencia norteamericana en nuestro imaginario). Si hablamos de sostenibilidad, a priori, también pensamos en los aspectos ambientales… De nuevo, verde. Y verde es también el color del “libro” del que hablamos aquí hoy. Sin duda, los retos ambientales deben guiar los flujos financieros hacia la descarbonización y un modelo económico con menor impacto ambiental y respetuoso con los límites planetarios.

Pero la paleta financiera debe ir más allá del verde si queremos pintar un futuro mejor. Necesitamos no perder de vista que los objetivos hacia un modelo económico más respetuoso con el planeta pasan por el empuje de todos y cada uno de nosotros. Por eso, más que nunca, parafraseando a Nelson Mandela, la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.

la mente es el verde (por el dólar… tal es la influencia norteamericana en nuestro imaginario). Si hablamos de sostenibilidad, a priori, también pensamos en los aspectos ambientales… De nuevo, verde. Y verde es también el color del “libro” del que hablamos aquí hoy. Sin duda, los retos ambientales deben guiar los flujos financieros hacia la descarbonización y un modelo económico con menor impacto ambiental y respetuoso con los límites planetarios.

Pero la paleta financiera debe ir más allá del verde si queremos pintar un futuro mejor. Necesitamos no perder de vista que los objetivos hacia un modelo económico más respetuoso con el planeta pasan por el empuje de todos y cada uno de nosotros. Por eso, más que nunca, parafraseando a Nelson Mandela, la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.

María Molina, Directora de Impacto y Advocacy de Quiero.