Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer. Antes se le añadía aquello de trabajadora porque fue la excusa para empezar a reclamar la igualdad en el empleo extensible a todos los aspectos de la vida y a nuestro propio desarrollo personal. Hoy se cumplen 101 años de esta celebración y, sin embargo, la discriminación por motivo de género sigue estando muy presente en nuestra sociedad.
A lo largo de esta semana se han celebrado numerosos actos en los que se conmemora el valor que aportamos las mujeres a nuestro entorno y en ellos hemos visto cómo todavía nos queda mucho por hacer para lograr una igualdad efectiva en nuestras culturas masculinizadas. Desde Quiero salvar el mundo haciendo marketing asistimos el pasado lunes a la jornada ‘A igual trabajo, igual salario’ organizado por la comisión del Parlamento Europeo en España.
La brecha salarial entre mujeres y hombres en Europa es del 16,5%, esto significa que el género femenino tenemos que trabajar 61 días más que el masculino para lograr una misma retribución desempeñando las mismas funciones. Esta diferencia se ha mantenido estable durante los diez últimos años, cosa que demuestra que las medidas adoptadas no son suficientes. Existe una Directiva Europea en la que se recoge la obligatoriedad de la igualdad de trato en el empleo pero es evidente que se necesita de unas recomendaciones de uso que la hagan real, como apuntó una de las ponentes en la jornada, la eurodiputada Iratxe García. Además, a nivel Europeo, se realiza la ‘Estrategia 2010-2015’ para “contribuir a mejorar la situación de las mujeres en el mercado laboral, la sociedad y los puestos de decisión”.
La Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Ana Mato fue la representante institucional que apuntó algunos datos relevantes como la importancia de desterrar prejuicios como los roles o los estudios más afines a uno u otro sexo, cifras sobre la finalización de estudios universitarios (por cada 135 mujeres, se gradúan 100 hombres) o la discriminación indirecta en sectores o categorías de menor cualificación para el género femenino, lo cual se traduce en menor remuneración. Por esta razón, la ministra anunció la existencia de un plan para revisar las categorías laborales.
En la primera mesa de debate los sindicatos resaltaron cómo el artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores recoge el principio de igualdad de remuneración por razón de sexo. Además, quisieron destacar que con la actual reforma laboral y la posibilidad de hacer horas extra, entre otras cuestiones, se acentuarán las desigualdades. Otro dato que quisieron poner sobre la mesa son los salarios medios: 25.000€ anuales para los varones y 19.000 para nosotras. Por la parte empresarial, la representante de la CEOE, quiso destacar que “Europa es el mejor continente para trabajar siendo mujer” y si tal vez existen intereses femeninos a la hora de aceptar esa brecha salarial frente a una conciliación familiar.
Núria Chinchilla, experta y referente mundial en temas de conciliación quiso apuntar que el verdadero problema para la mujer surge ante la maternidad y la atención del hogar, apelando a la co-responsabilidad, ya que los hombres que sí comparten las funciones domésticas se enfrentan a las mismas desigualdades salariales que las mujeres. Hizo una llamada a la flexibilidad horaria y espacial para las personas trabajadoras, fomentar el acceso a la vivienda, al empleo juvenil, y los servicios de guardería y residencia para facilitar la vida profesional y personal, para lograr una sociedad más sostenible.
El toque masculino a esta primera mesa lo puso Juan G. Bedoya, autor del informe ‘Ella como pecado’ (¡lectura más que recomendable!) en el que hace un recorrido sobre cómo la mujer es relegada desde la Iglesia Católica, apelando a perlas como la de Santo Tomás de Aquino: «Si el sacerdote fuera mujer, los fieles se excitarían al verla».
A continuación vimos el vídeo documental de Isabel Campanario 10 mujeres en el que se recoge el testimonio de diez chicas y señoras que han tenido que hacer frente a adversidades, y que han luchado por encontrar su sitio.
La segunda mesa estuvo moderada por Pepa Bueno quien en su introducción dijo que “han tenido que pasar sesenta años para que el informativo de noche de RTVE sea dirigido y presentado por una mujer”. Por lo visto existía una norma no escrita de que en ese horario debía presentar un hombre y por la mañana una mujer. En esta mesa titulada El poder de la mujer como estrategia vimos experiencias en primera persona. Si bien es cierto que algunas directivas adquieren sus puestos por temas de cuotas de paridad, no debemos verlo como un problema sino como una oportunidad para ayudar a ascender a otras mujeres: “Hay que estar ahí, aunque sea por cuota, porque los hombres no piensan esas cosas”, apuntó Ana María Llopis, referente internacional en dirección empresarial, “aún así” – continuó – “necesitamos de la complicidad de los hombres” para lograr la igualdad.
Las ideas que saqué de esta mesa son:
La opinión más extendida sobre la celebración de este día es que ojalá la igualdad fuera real y pudiéramos no celebrarlo. No estoy de acuerdo. Me parece muy importante celebrar el Día de la Mujer porque decimos cosas que necesitamos escuchar, y que sean escuchadas para cargarnos las pilas y continuar luchando por lo que sabemos que merecemos.
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Nuestro compañero Jose nos ha hecho llegar este enlace ‘Acabar con la pobreza rural’ La desigualdad de la mujer rural priva al mundo de alcanzar su pleno potencial, escrito por Michele Bachelet, Directora Ejecutiva de la ONU-Mujeres, con motivo del tema en el que se centra la celebración de este día en 2012: El empoderamiento de la mujer rural y su rol en la erradicación de la pobreza’: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/07/actualidad/1331155535_848925.html