Ayer por la tarde, caminando por el metro de Madrid, percibí un ambiente de euforia lleno de banderas blancas y azules, cánticos y gritos de celebración.
Me alegré. Argentina había ganado el Mundial.
Me daba igual quién ganara, pero me supone un gran placer ver a la gente disfrutar, tal y como está la vida por estos lares llamados mundo.
No soy futbolera (o al menos no ahora) pero entiendo que el futbol tiene, entre otras, una misión de evasión colectiva que ayuda a buscar un oasis dentro del caos, a compartir socialmente momentos de disfrute.
Pero lo que no entiendo y no puedo aceptar es que ese ambiente de conexión, de celebración, se convierta en un cerrar los ojos ante situaciones que nos dan la oportunidad de mostrar que seguimos siendo seres humanos.
No puedo aceptar que este deporte cuyo leitmotiv para muchos es el “fair play” se convierta en “nightmare play”
No puedo aceptar que no hagamos nada cuando se decide que el Mundial se celebre en Qatar, un país acusado de pagar más de 5 millones de dólares en sobornos para asegurarse el apoyo a su candidatura; en donde han fallecido más de 6.500 trabajadores migrantes desde 2010 en la construcción de las instalaciones; un lugar que es uno de los 70 países en el mundo donde están criminalizadas las relaciones sexuales entre personas del mismo género, según Amnistía Internacional; donde la mujeres siguen subordinadas bajo el sistema de tutela masculina, (padre, esposo, hermano, etc.), a los que deben pedir permiso para casarse, estudiar o trabajar o para acceder tratamientos de salud reproductiva y controles ginecológicos. Donde divorciarse sí que es un deporte de riesgo y aún más obtener la tutela de tus hijos e hijas tras el divorcio.
Y no puedo aceptar que ayer ni la FIFA ni los jugadores ni los países ni los ciudadanos ni los medios de comunicación ni los gobiernos hiciéramos nada para parar esta sinrazón e impedir que ahorquen a un jugador iraní por defender los derechos de las mujeres.
No tenemos derecho a seguir evadiéndonos así. Porque con esta evasión no hay victoria posible.
Contacto: Puedes escribirnos a hola@somosquiero.com y compartir en tu redes: