Happy Facebook to youuu!

 


La semana pasada fue mi cumpleaños. Esto, que más allá del círculo de personas que me quieren no tiene nada de noticiable, me hizo pensar en uno de los asuntos menos hablados de las redes sociales y la madre (¿esposa? ¿amante?) de todas ellas: Facebook. Sobre todo en un momento en el que, como todo fenómeno masivo, la mayoría de los usuarios minimizan públicamente su adicción, mientras los estudios nos hacen una nación de enredados, con una media de 6,25 horas frente a la pantalla del ordenador. Más incluso que frente al televisor, con unas apetecibles cuatro horas de consumo, en las que aparentemente tampoco dejamos tranquilo el ordenador, móvil o tableta. Y, ¿qué tiene que ver todo ello con mi cumpleaños? Fácil: que me gusta cumplir años en Facebook.

Será porque tener el cumple entre Año Nuevo y Reyes siempre ha sabido a tropezón más que a suerte, con todo el personal alrededor tuyo empachado de comer y beber, agotado de celebraciones, arruinado con tanto regalo, en cambio cumplir y ser felicitado online es una maravilla.

Acababa de salir del cine cuando un avispado amigo ya me había felicitado al borde de la medianoche (desde las Antípodas acababa de empezar su jornada). A partir de ahí, hasta la siguiente medianoche, gracias a la conectividad ubicua del smartphone, todo el día fue un torrente de mensajes de felicitación, desde lejanas y cercanas partes del cosmos de amigos que uno va acumulando con el dulce devenir de los años. Como soy agradecido, no dejaba de marcar el “Me gusta” a sus feclicitaciones y agradecer explícitamente su pensamiento cariñoso.

Es cierto que Facebook, como bien se explica en ese docudrama llamado “La Red Social” nació sobre todo para poder ligar (ver secuencia original más abajo). Después como el mejor soporte de cotilleo creado hasta la fecha. Y en nuestra capacidad de enredar (nunca mejor dicho) y echar a perder las cosas, algo de chispa se ha perdido en el camino. Pero como cualquier herramienta surgida de la inteligencia humana (como el martillo, y no digamos la rueda) el buen uso no va en el manual de instrucciones. Es nuestra responsabilidad. En mi caso, aparte de seguir dando esquinazo a los plastas del pasado y del presente, sigo alegrándome de reencontrar los amigos en este canal de emociones enchufadas. Disfruto felicitando cumpleaños casi tanto como cuando me felicitan. Y no voy a esconder que paso incontables horas alternando esa pantalla con otras muchas. Eso sí: nada podrá competir jamás con la enorme felicidad de brindar copa en mano con los amigos, cara a cara. Algo que pienso hacer esta noche, a ser posible con el móvil encendido.

PS . los tweeteros no creen en los cumpleaños: por eso se olvidan de felicitarte.


Contacto: Puedes escribirnos a hola@somosquiero.com y compartir en tu redes:

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


¿Hacemos?

    Responsable: Quiero Salvar el Mundo Haciendo Marketing S.L Finalidad: Gestionar su solicitud de contacto. Legitimación: Consentimiento del interesado; Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo en los casos en que exista una obligación legal. Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la política de privacidad de la web. Información adicional: Puede consultar la información adicional y detallada sobre política de privacidad.

    Protección de Datos
    ecomputer logo

    Si te apetece estar al tanto de las cosas que «trasteamos» desde Quiero.