Entrevista con Sara Pizzinato, miembro del Patronato de Fundación Renovables.
Un compromiso vinculante de Europa en la reducción del 65% de emisiones para 2030 y la descarbonización prácticamente total para 2040. Para Fundación Renovables, esta Cumbre es una oportunidad para que la UE tenga una responsabilidad diferenciada y se cierre un contrato social de la energía.
La energía debería ser un derecho, no un producto. De esta manera Sara Pizzinato, miembro del patronato de Fundación Renovables, resume el informe sobre “Contrato social de la energía” que acaba de presentar la Fundación previo a la celebración de esta COP25 en Madrid.
En un encuentro exclusivo organizado por Quiero, la experta en energías renovables mantiene, además, que nuestro país debería ser más ambicioso en el plan nacional integrado de clima y energía que se entregue el 31 de diciembre, incrementando el porcentaje de reducción de emisiones previstos por nuestro país para 2030.
P: Estamos en tiempo de descuento para la Cumbre del Clima en Madrid. ¿Cómo llegamos a esta COP25 y cuál es la posición de Fundación Renovables ante la misma?
Desde Fundación Renovables queremos ser un altavoz de los objetivos que deberían salir de esta Cumbre. Creemos que la sociedad se tiene que involucrar en el sector de la energía, que es el mayor causante de CO2, y por ello estamos promoviendo un nuevo contrato social. La sociedad no debería ser únicamente la que se haga cargo de los efectos del cambio climático, sino que debería ser corresponsable para buscar cuál puede ser la salida. En definitiva, los que han creado el problema no pueden ser los únicos que propongan las soluciones finales. La sociedad debe entrar en el debate.
Desde Fundación Renovales hemos propuesto medidas concretas en este informe que hemos presentado. Creemos que hace falta, en primer lugar, un cambio de perspectiva: que la energía pase a ser un derecho y no un producto, y haya un acceso a una energía asequible y limpia para todos.
Por eso, tenemos que empezar a pensar en cómo reestructuramos el sector energético, entendiendo cuáles son las estructuras de poder que desencadenan a su vez las estructuras de injusticia sobre las que se generan las distorsiones del sistema a nivel de emisiones, de contaminantes y también de pobreza energética. Esta es la punta del iceberg: la estructura sobre la que se basa todo el sistema energético y estratégico de un país de primera. A partir de ahí podemos ver si el sistema está construido para beneficiar a unas pocas empresas o no.
Nosotros ponemos en duda las estructuras y proponemos cambios normativos para que deje de ser así y el sector energético -y las posibilidades tecnológicas y de digitalización- no se queden en manos de los mismos. Deberían ser un instrumento para que todos seamos protagonistas de un cambio.
P: ¿Qué rol deberíamos esperar de Europa y de España en concreto en esta COP25?
SP: Entendemos que España tiene que asumir un rol de acción. De la COP25 debería de salir un libro de las reglas claro en función de Acuerdo de París. El tiempo es el limitante clave que no nos podemos permitir. A partir de ahí, los países deberían comprometerse a poner en marcha el Acuerdo de París en 2020 y ser mucho más ambiciosos.
En Europa, justo después de que finalice la Cumbre, el 12 y 13 de diciembre, se va a celebrar un Consejo Europeo que va a ser clave, porque es ahí donde se tiene que decidir, más allá de la salida de Trump del Acuerdo, si Europa va a volver a tomar el liderazgo asumiendo un compromiso vinculante para reducir el 65% de las emisiones para 2030 y la descarbonización total para 2040. Sólo tenemos un margen de 10 años (hasta la Agenda 2030). Por eso tenemos que ser más ambiciosos desde Europa y plantearnos los objetivos a 2040, no a 2050 como el resto del Planeta.
La UE tiene una responsabilidad diferenciada: hemos estado emitiendo más dióxido de carbono que los demás países. Por eso entendemos que a la UE le toca evolucionar más rápido para dejar espacio y margen de emisiones a aquellos países que no han tenido esta oportunidad.
P: ¿Dónde queda España en el contexto europeo?
SP: En ese Consejo europeo, España tiene voto y es ahí donde veremos quién vota qué, quién es ambicioso y quién no.
A nivel de España ese compromiso se tiene que plasmar en la ley de transición energética y en el plan nacional e integrado de clima y energía. El plan nacional sí que es vinculante a nivel europeo. El plan se entrega el 31 de diciembre: hoy, nuestro compromiso desde España es de una reducción del 20% de emisiones. Pero desde Fundación Renovables entendemos que debería de ser de un 55% para 2030, sobre los niveles de 1990 (no sobre los de 2005), porque es donde nuestras emisiones estaban muy bajas. Este compromiso sería clave.
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