Entrevista con Tom Kucharz, militante de Ecologistas en Acción e investigador social.
Entre el pesimismo y el excepticismo, la ONG ambiental Ecologistas en Acción denuncia la insuficiencia del Plan nacional de clima y energía, el incumplimiento del Acuerdo de París y la invisibilidad a la que es sometida la sociedad civil en las negociaciones de las Cumbres del Clima como la COP25.
El cambio de escenario de la COP25 ha hecho tambalear la agenda de gobiernos, instituciones y organizaciones sociales. Así ha ocurrido con la asamblea anual de Ecologistas en Acción, cancelada ante el tsunami que representa la Cumbre del Clima en Madrid. La organización, que clama por una justicia global (social, ambiental, de género, etc), llega a la Cumbre con desconfianza: “llegamos desconfiados porque ya son más de 20 cumbres de las Naciones Unidas que no nos han llevado al punto donde deberíamos estar”, comenta Tom Kucharz, militante de la ONG. “Muy desconfiados también porque en un año de Gobierno de Pedro Sánchez, no se ha movido más que, básicamente, titulares en medios de comunicación que luego han sido retractados en la mayoría de las veces porque parecían demasiado radicales”.
P: ¿Es la COP25 en Madrid una oportunidad para avanzar más rápidamente o reforzar los compromisos en materia ambiental? ¿Cómo nos encuentra esta Cumbre?
Nos encuentra muy mal. Para empezar la ley no se ha tramitado: seguimos sin ley, lo que muestra que no hay – ni había- voluntad parlamentaria para que esto se discuta. El Plan nacional (de clima y energía), es insuficiente para nuestro país.
Y también a nivel de la UE, si miramos las cifras y lo que ha dicho la misma Comisión, ningún gobierno cumple ni siquiera con los acuerdos de París. Yo estuve en París en 2015 y fui pesimista y crítico con el Acuerdo. En aquel momento, con los compromisos de reducción adoptados, nos iríamos a incrementos de temperatura de entre 2.7 y 3.4ºC. Sustancialmente eso no ha mejorado.
«Un concepto fundamental para esta Cumbre es el de justicia global: justicia social, ambiental, de género, norte-sur…«
Soy tremendamente pesimista porque a veces nos detenemos en la parte puramente técnica de las negociaciones internacionales, sin ver que luego hay una serie de políticas diarias donde no hay ningún cambio. Así sucede por ejemplo con la Política Agraria Común (PAC), donde hubo una gran oportunidad que no se ha aprovechado y donde una vez más, el tema medioambiental va a ser muy parcial. En las políticas de transporte seguimos gastando ingentes cantidades en infraestructuras de ampliación de puertos, aeropuertos, trenes de alta velocidad, todos los programas estratégicos de proyectos energéticos, gaseoductos, los puertos de transformación de gas licuado… En el sector energético hay deudas públicas de hasta 4.000 millones de euros que se van a trasladar a los consumidores, y que generan pobreza energética.
Para nosotros, un criterio fundamental para llevar a la COP25 es el de justicia en sus múltiples formas: justicia social, ambiental, justicia norte-sur, justicia de género, justicia para las poblaciones más afectadas. Está vinculado a nuestro malestar sobre cómo se ha gestionado esta COP. Para mi, no se han hecho las tareas desde el Gobierno nacional ni desde otros grupos parlamentarios, porque algunos grupos tenían propuestas legislativas que no han avanzado para generar que sea centran en el debate. A nivel de la UE tampoco se han hecho las tareas.
Personalmente, llego también muy pesimista a esta Cumbre: si preguntamos a los grupos locales te dirán que estamos con muchos conflictos socioambientales de diferentes calibres y si medimos esos conflictos socioambientales, de urbanismo, de nuevas infraestructuras o protección de ecosistemas, vemos que no hemos mejorado en absoluto.
P: La zona azul y la zona verde de la COP25 muestran que hay dos zonas diferenciadas, dos Cumbres que parecen diferentes, con emergencias también distintas. ¿Dónde o cómo deberían conectarse ambas?
Hay una gran desconexión, que es la que veo también en la administración pública, en el mundo de las grandes instituciones … porque básicamente no conocen poco o nada de las comunidades que mueren a causa del cambio climático. Hay una desconexión con lo que significa el 1.5º o 2º a nivel climático.
Por ejemplo, tres cuartas partes de combustibles fósiles de las reservas conocidas deberían quedarse en el subsuelo. Pero esto no es posible con el modelo económico en el que se basa el mundo empresarial representado en el Global Compact. Es imposible. Y menos una transición en 10 años. Es inviable, y nadie trabaja sobre ese escenario. No lo trabaja el Gobierno español, ni la UE, ni el Global Compact…Y en cosas como estas se ve simplemente cuánta voluntad política hay para hacer un verdadero cambio de modelo.
En la Cumbre se discutirá nuevamente el artículo 6: los mecanismos de mercado. En Kioto, EEUU entró exclusivamente para imponer un negocio del que luego se retiró: la creación del sistema europeo de comercio de emisiones. Hoy perdemos una gran cantidad de dinero público en este comercio de emisiones que va a las grandes empresas energéticas europeas.
“Las cosas más importantes de las Cumbres se juegan por fuera: en el día a día, cuando se firman grandes contratos”.
El tiempo apremia, cada vez tenemos menos tiempo. Particularmente estoy preocupado porque si se reeditan los mecanismos de mercado, vamos a una situación similar a Kioto 1 y Kioto 2. Reitero mi pesimismo con esta COP porque no creo que la UE vaya a plantear algo diferente en términos de ambición. La COP25 en Chile podría haber planteado lograr una justicia global, pero al volver a hacerse en Madrid, los aspectos de justicia global que en Chile se podían visibilizar no van a tener mayor relevancia.
P: ¿Dónde se juega la próxima COP25?
Las cosas importantes de esta Cumbre, o de cualquier otra, no se juegan en la parte azul ni en la parte verde: se juegan por fuera, cuando por ejemplo se firman grandes contratos públicos sin criterios ambientales, como la ampliación del puerto de Valencia. Tristemente, estamos en dimensiones diferentes: hay toda una sociedad, con miles de personas, que está planteando una economía solidaria y responsable, y que no tiene ningún tipo de apoyo institucional. Esta parte no va a estar muy visible en la Cumbre porque la participación de la sociedad civil en las negociaciones es ficticia. De ahí que en movilizaciones como la del 6 de diciembre se va a tratar de influir en las decisiones institucionales.
La pelea va a ser por qué tipo de modelo estamos construyendo, por las relaciones de poder. Hay unos que buscan el lucro personal y otros que están pensando en las generaciones futuras. Y estas dimensiones son imposible que se encuentren en una Cumbre.
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