Estos días no dejo de pensar en lo que está sucediendo en oriente próximo en estas últimas semanas y su vinculación con el mundo de las redes sociales o incluso la subida del petroleo.

Hace unos días presentamos  la campaña, que nuestros amigos de love y nosotros, hemos realizado para Cruz Roja «En realidad no tiene gracia» que pretende sensibilizar a la ciudadanía y empresa sobre lo enriquecedor que es la diversidad. Esto me llevó a pensar sobre una realidad, el envejecimiento de nuestra población y como esta simplemente desaparecerá dentro de unos años para dar paso a una España, una Europa latina y árabe.

Viendo el levantamiento ciudadano en Túnez o Egipto sentí que nuestra población ya ha envejecido, nos hemos hecho viejos. Cuestiono nuestras ansias de cambio, me incluyo, y tengo la sensación que hemos pasado del mando a distancia al teclado del ordenador o al de un móvil.

Gran invento el de las redes sociales, nos ayudan a estar conectados, trasmitir ideas, informar en el silencio y acompañar la lucha. No tengo todas conmigo.

Qué puede llevar a un hombre que todavía se está haciendo a arder en público, que valor tiene un tweet frente a este brutal acto de entrega. ¿sólo nos queda repetirlo y recodarlo en mil mensajes?

Estos días me siento tan alegre como cobarde y siento que la Historia se nos escapa entre las manos persiguiendo el futuro.

Mohamed Buazizi se prendió fuego el pasado 17 de diciembre y el olor a carne quemada no se puede retweetear.