En la tercera edición de Desayunables, el debate ha girado en torno a la movilidad sostenible: vehículos ecoeficientes, uso responsable de los medios de transporte y un replanteamiento del diseño de las ciudades.
Hace unas semanas tuvo lugar la tercera edición de “nuestros” desayunos en las oficinas de Quiero salvar el mundo haciendo marketing. En esta ocasión contamos con la participación de Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive, la Agrupación de Empresas Innovadoras de la Infraestructura del Vehículo Eléctrico; Juan Luis Sanpedro, gerente de Skybus , empresa que se dedica al transporte bajo demanda; Pedro Bravo, periodista, escritor y entusiasta defensor de la bici e Ignacio Ramos, de la Oficina de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid . Como siempre, y representando a las empresas organizadoras, Pepa Mosquera, de Energías Renovables, Sergio de Otto, de Fundación Renovables y José Illana, de Quiero salvar el mundo haciendo marketing.
El primer tema puesto sobre la mesa fue la necesidad del cambio de hábitos de los ciudadanos en una sociedad en la que el coche se ha erigido como rey. Se enfatizó la importancia de que los ciudadanos seamos conscientes de la repercusión que tiene cada desplazamiento individual dentro del cómputo general. El reto está en conseguir la implicación de la ciudadanía como motor de desarrollo de la movilidad sostenible.
Los invitados estaban de acuerdo en la necesidad de actuar a través de dos vías: por un lado, reducir el número de vehículos, y por el otro, conseguir que los vehículos sean más eficientes. El objetivo es claro: menor contaminación y menor congestión en las calles. Como ejemplo de ello, Skybus nos contó su labor: reducción del número de vehículos, ofreciendo servicio de recogida a grupos según una ruta preestablecida, y a través de vehículos eficientes.
La bicicleta como alternativa vino defendida por Pedro Bravo quien derrumbó los argumentos de lo difícil que es, por ejemplo, ir en bici por Madrid por temas climatológicos, de tráfico, o de orografía, alegando cómo sí se consigue en Conpenhague, El Cairo o San Francisco.
En relación a la administración pública como gestora del cambio también hubo acuerdo en afirmar que no se puede dejar todo en sus manos, aún así, se puso en evidencia que los ayuntamientos tienen que funcionar como facilitadores de cambio, tanto de mentalidad como de infraestructuras. Para ello, resulta crucial el tipo de mensajes que se lanzan a la ciudadanía. En este sentido, tanto administración como organizaciones privadas deber ir consensuadas y apostar por motivar al ciudadano transmitiendo las ventajas de la movilidad sostenible.
Como punto problemático surgió el tema del precio, ya que los vehículos menos respetuosos con el entorno todavía son más económicos que los ecológicos, por lo que se añadió la importancia de controlar ese factor para así facilitar el cambio.
En definitiva, cada agente que interviene en movilidad sostenible debe asumir su papel para promover una nueva etapa en cuanto a movilidad se refiere. Así los ayuntamientos deben abogar por el fomento del uso de vehículos sostenibles, las empresas reflexionar sobre qué compran y qué venden, y el ciudadano actuar como decisor final responsable.
Para concluir lanzamos tres puntos para reflexionar: ¿se debe penalizar el uso de vehículos contaminantes?, ¿el hecho de desplazarnos aislados en el coche deshumaniza a las ciudades?, ¿no tiene más sentido pagar por desplazarse que por poseer un coche?
Desde nuestro punto de vista, y tal como salió ya en la conversación, es importante recuperar el sentido de lo común, quizás de esa forma, nos transportemos en una ciudad más sostenible, una ciudad de todos.
* En el reproductor que ves a continuación puees escuchar la grabación integración de este tercer Desayunables:
Desayunables #3 by Yporqueno on Mixcloud
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